El diálogo permite escuchar al otro, permite compartir, permite llenar vacíos sin perjuicios ni prejuicios, permite escuchar la verdad de cada uno y respetarla, permite crecer y aprender, permite llorar y reir, permite la autocrítica y permite, aún por distintos caminos, llegar a la cita humana de la comprensión y del entendimiento.
Cada uno es singular, único, tiene su identidad y su personalidad, y hoy más que nunca que pedimos respeto, legalidad, igualdad y exigimos derechos, aprendamos a dialogar.
Donde no hay diálogo hay vacíos, y si hay vacíos hay derrumbes. Esto es para ejecutarlo en nuestras vidas personales, no ser "audaces" en aumentar la tasa de individualismo, de monólogo, sin saber escuchar ni dialogar.
El diálogo es respeto hacia nuetros semejantes y es humanizar nuestra sociedad.
En la fotografía también necesitamos el diálogo, aprender a "ver" para no solamente "mirar".
Publicado en www.fotorevista.com.ar el 15-07-2004
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